Tengo un amigo que cumplió hace unos meses los 40 y de repente entró en crisis existencial.
Empezó a cuidarse más, a renovar amistades y se compró un coche nuevo.
No cualquier coche. No.
Si no, un pedazo de coche.
Tampoco es que le hiciera falta.
Se compró, lo que se suele decir, un coche de soltero, ya me entiendes.
La verdad es que no he pasado por una crisis así aún, y no sé por qué mi amigo creyó que un coche iba a hacerle sentir mejor…
Quizás se trate de un coche mágico, que le susurre te quiero por las noches.
En fin, cosas más raras se han visto.
Lo curioso es que se le ve contento.
Mi amigo pago el coche en efectivo y te aseguro que no se trata de un mafioso o un rico desconocido.
Mi amigo está feliz, pero, quizás no sea el coche lo que le hizo feliz, sino la libertad de poder comprárselo.
Por supuesto, mi amigo se levanta todos los días para trabajar a las 7 de la mañana y organiza muy bien su dinero.
Para poder sentir la libertad de tener dinero en el banco y poder comprarte lo que te de la gana sin endeudarte, tengo algo que quizás te ayude.
Abrazos,
Lorena
PD.– Si estás en plena crisis de los 40, puedo ayudarte. Si no, también