Todos tenemos diferentes orígenes y experiencias.

Cuando el amor surge y dos personas se enamoran, tarde o temprano llega un momento en el que tienen que compartir gastos. Aprender a hablar y fusionar el dinero de ambos, puede ser un tema complicado.

Según una de las investigaciones del psicólogo John Gottman, en la actualidad, profesor emérito de Psicología en la Universidad de Washington (EEUU), observó y analizó el comportamiento de más 3.000 parejas.

Uno de los motivos de discusión principales es el dar por supuestas muchas cuestiones importantes para la vida en pareja. Es decir que ninguno de los dos han explicitado de manera clara sus creencias y actitudes ante aspectos vitales importantes y creen estar de acuerdo en todo o casi todo sólo por el hecho de estar enamorados o porque se quieren.

Hablar de dinero sigue siendo un tabú social, a pesar de que el dinero juega un papel importante en nuestra vida cotidiana:

  • Los padres raramente discuten las finanzas con sus hijos.
  • A los empleados no les gusta negociar su salario.
  • Incluso decidir cómo dividir la factura o cuánto dar propina cuando cenas fuera con los amigos puede ser incómodo.

Una de las mejores cosas que puedes hacer por ti mismo y por tu relación es comenzar la conversación.

Determinar cómo manejarás tu dinero como pareja no sucederá de la noche a la mañana. El proceso puede tomar meses, incluso años. De esta forma, puedes convertir las discusiones sobre dinero en una oportunidad para fortalecer tu relación, en lugar de simplemente añadir más estrés.

 

Tened una comunicación abierta (sin rencores)

Como muchas parejas han aprendido de la manera difícil, la discordia financiera es mucho más probable que surjan de los estilos de comunicación que los recursos limitados. La raíz del problema es la forma en que las parejas hablan o no hablan de dinero.

Por lo general, la parte que disfruta hablando de dinero es el que inicia las conversaciones. Si la otra parte no le gusta hablar sobre ello, lo evitará a toda costa.

En mi caso, al principio de mi relación me daba miedo hablar sobre el dinero. Era un tema tabú. Me daba miedo que surgieran diferencias e iba dejando que todo siguiera su curso. Lo que nos llevó a discutir por temas cotidianos y tontos, que más que de dinero, hablaban de nuestros sentimientos acerca de las acciones de la otra persona.

Ahora, después de haber aprendido la lección, podemos hablar de dinero sin problema. Nos hemos puesto de acuerdo en la administración del mismo y hacemos un seguimiento de nuestros gastos por igual.

Por tanto, te recomiendo que:

  • Programad una fecha para hablar de dinero juntos.
  • Pregúntale acerca de su trayectoria con el dinero. Descubre sus recuerdos, experiencias y cómo sus padres manejaron el dinero. De esta forma, podrás entender cómo piensa acerca del dinero y cómo esas experiencias le afectan en su comportamiento hoy.
  • Comparte tus errores, frustraciones o daños que has tenido con el dinero.
  • Pregúntale sobre sus esperanzas y los sueños que tiene.
  • Comparte tus metas financieras a corto y largo plazo.
  • Discutid o decidid un presupuesto común o plan de gastos para organizar vuestras finanzas cotidianas.

Conocer las creencias que tiene cada uno sobre el dinero, y cómo estas se forjaron, suele ayudar a entender mejor a tu pareja y que la conversación sea más eficaz.

Dividid Responsabilidades, compartid información

Necesitábamos encontrar una estrategia que funcionara para nosotros, pero debíamos aprender a manejar nuestras emociones y diferenciar amor y dinero.

Por ello, desarrollamos un plan que os permitiera dividir responsabilidades financieras y nos permitiera compartir información.

Creamos un plan común, donde pudiéramos caminar juntos. El no haberlo hecho antes nos trajo muchos malentendidos y conflictos.

Todos los meses un día al mes, revisamos las cuentas y vemos si nos hemos pasado o no del presupuesto para ajustarlo para el mes siguiente.

 

Tomad decisiones juntos

Las parejas que tienen menos discusiones financieras parecen tener una cosa en común: una visión conjunta para el dinero que comparten, ya sea literal o figurativamente.

La fusión de las finanzas va más allá del debate de si es mejor tener cuentas conjuntas o cuentas separadas. Se trata más de una mentalidad que de un problema “logístico”. El cambio de «mi dinero» a «nuestro dinero» se da con el tiempo y el plazo varía entre las parejas.

Es muy difícil definir una estrategia para cada pareja, pero si estáis empezado, quizás sea bueno compartir los gastos comunes al 50%, para que nadie se sienta invadido. Aunque lo ideal es que defináis vosotros mismo cual es el mejor camino a seguir, ya que cada uno tiene una personalidad, y mentalidad acerca del dinero, diferente.

Entiende lo que el otro necesita

Incluso para las parejas que se ven como un equipo financiero, lograr el equilibrio adecuado necesita su tiempo.

Las responsabilidades tienen que ser negociadas conjuntamente o divididas. Las facturas tienen que ser pagadas, los presupuestos y las metas de ahorro deben establecerse. Es fácil para la parte más fuerte o más segura, dominar la toma de decisiones, pero las parejas más exitosas dedican tiempo a escucharse el uno al otro, y leer entre líneas cuando sea necesario.

Cuando surgen desacuerdos, es importante recordar siempre que ambas voces agregan valor a la conversación.

Cuando las personalidades financieras opuestas se atraen, encontrar un terreno común puede ser difícil. Hay que comprometerse a hacer lo mejor para ambas partes, es decir, hablar sin juzgar cuando se discuten las preferencias y opciones.

***

Ahora me doy cuenta la importancia que tiene discutir las metas y prioridades financieras, antes de que la relación avance en el tiempo. Cuando la comunicación fluye, la confianza aumenta y la relación se fortalece.

¿Y tú? ¿Hablas sobre dinero con tu pareja? ¿Qué dificultades encuentras? ¡Cuéntanoslo en comentarios¡

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